miércoles, 3 de marzo de 2010

Ruta Raja Ancha - El Santo. 28 de Febrero de 2010


El domingo, después de misa de 11 nos pusimos en camino a nuestro destino. Antes nos vimos todos en casa de los Ruiz, lugar que viene siendo habitual punto de partida para los Trepacuestas.
La familia Nieto acogió en su coche a la chavalería y cuando llegaron a Pizarra venían un poco atolondronados de tanta música. En fin, cosas de la juventud.

Comenzamos nuestra ruta en el parque que está bajo el campo de fútbol de la localidad sobre las 13,00 horas. Discurre el recorrido por la sierra de Gibralmora. Caminando a través de un bosque de pinos y eucaliptos llegamos al área recreativa "Raja Ancha", un sorprendente y estrecho sendero entre dos colosales rocas, culminado por un excelente mirador de piedra ,desde donde se divisa una singular panorámica del pueblo y alrededores. Tras lo excitante del nombre y con algún que otro comentario al respecto, paramos unos minutos de descanso, con foto de grupo incluida, para continuar la subida al Santo.

Conforme ascendíamos nos sorprendió lo concurrido que estaba el camino. Pablo decidió romper con la duda y a unas chicas que subían con nosotros los preguntó a que era debido tanto personal. Nos comentaron que en lo alto había una romería-fiesta para celebrar el día de Andalucía, con la respectiva paella.
Nos quedamos un poco perplejos al conocer la noticia, pero seguimos nuestra caminata. Conforme ascendíamos el día fue despejándose hasta quedar el cielo soleado.

A medio camino, aproximadamente, hay una desviación que te lleva a una torre vigía en Ruinas- Torre de la Cruz-, aunque no la visitamos seguimos la vereda dejando a la izquierda un espectacular barranco y a la derecha numerosos tajos. Poco a poco el bosque de pino va dejando paso a una zona donde abundan plantas aromáticas: tomillo, lavanda, hinojo, manzanilla...
Una vez arriba quedamos sorprendidos por el barullo de personas -la gran mayoría llegadas en coche-que provistas de banderitas -Salvador identificó una republicana- gorras y camisetas que representando a distintos partidos políticos querían de esta forma tan antinatural festejar el día de Andalucía. El tímpano nos chirriaba al comprobar como a todo volumen se oía desde merengue, salsa, bacalao, Paquito el Chocolatero y demás desatinadas melodías impropias del sentido reivindicativo del evento y menos aún del lugar donde se concentraban tantas personas. Ni que decir tiene que la zona se encontraba plagada de todo tipo de plásticos, papeles, botellas, restos de comida esparcidos por el suelo, además de poder apreciar a los habituales borrachos de turno y que por desgracia suelen abundar en este tipo de encuentros.
Pronto comprendímos que sobrábamos en aquella reunión -que por cierto no estabamos invitados- y tras contemplar unos minutos las magníficas vistas de todo el valle del Guadalhorce, en un pintoresco lugar muy cerca del punto más alto de la sierra (449 metros) pusimos pie de por medio para dirigirnos a una zona alejada de aquel bullicio. Tras llanear por la sierra, almorzamos en otro no menos bellos paraje, rodeados de flores y un verde intenso que se nos hacía difícil recordar cuando fue la ultima ocasión que el campo malagueño se encontraba de semejante forma.
Ya en el descanso y haciendo sobremesa en el campo -pasó un hombre mayor a lomos de un borrico- comentándonos que en la fiesta había fallecido una persona a consecuencia de un infarto.

Lo que nos parecía una salida sin más fue todo un torbellino de sobresaltos que nadie podía asimilar. Ante la incredulidad de la noticia recibida y aprovechando que los niños jugaban en sus cosas, dimos un pequeño paseo por una arista de la montaña dirección a una pequeña roca que nos llamó la atención por lo especial del lugar. Salvador y Pablo coincidieron en lo extraño de aquella piedra y ambos convinieron en que pudiera tratarse de algún tipo de monumento funerario. Cuando la tarde estaba de lo más fúnebre y por poniente asomaban las primeras nubes negras decicímos regresar.

Pasamos otra vez por el área recreativa del Santo y observamos lo que quedaba de la romería. Más basura y más borrachines. Aquello nos hizo tomar la bajada con más rapidez. Con la información recibida del infortunado senderista Pablo recordó como en la ascensión le pareció ver lo que eran los restos de una asistencia médica de urgencia


Que cierto es que subir a la montaña precisa un mínimo de preparación y el esfuerzo físico que a ella se le dedica hace necesario que personas con riesgos tengan que abstenerse de iniciar la marcha.
Llegando a la parte final nuevas fotos. La tarde se complicó cuando unas ligeras gotas hicieron meternos a toda prisa en los coches en busca del necesario café.
Jose recordaba como en Cártama estación, en un antiguo bar de un conocido, podía ser buen lugar para dar por concluida la salida. Pistón bar, como así se llama, junto a la carretera -Km 20 - fue el local elegido finalmente para conversar sobre lo que fue esta sin igual excursión. Convenientemente atendidos por Bartolo - se recomienda el establecimiento-, nos quedamos sobrecogídos cuando al comentarle Jose, al propio Bartolo el destino final de nuestra excursión, éste nos comentó que estaba al corriente del infortunado suceso, y que para más señas era un lejano allegado de su familia política. Ni que decir tiene que aquello nos aguó del todo la jornada y si como de un mal augurio se tratara comenzó a llover sin parar.

En el viaje de regreso a La Cala desde Cártama se nos hizo de noche, y como si no fuera la cosa con nosotros no volvimos a mentar el tema, no fuera que...


Crónica de Paqui