sábado, 5 de junio de 2010

Excursión Al Alcazar de Alcaucín. 29 de Mayo de 2010


El pasado sábado, 29 de mayo, D. Rafael párroco de La Cala del Moral organizó, un año más, una convivencia dirigida a los jóvenes de catequesis que han realizado la Primera Comunión así como los de los grupos de Perseverancia y en las que han participado además los padres.

Este evento tuvo lugar en el paraje natural conocido como “El Alcázar”, cercano al pueblo de Alcaucín típico pueblo blanco de la comarca de la Axarquía.

El día amaneció sin nubes y a las 9:30 horas salió el autobús desde La Cala del Moral con aproximadamente 40 personas. A la altura del pueblo de Vélez-Málaga nuestro párroco, D. Rafael, nos recordó que el mes de mayo es el mes de las flores, de las primeras comuniones y la iglesia lo dedica a la Virgen María para conocer mejor sus virtudes. Para demostrarle nuestro amor se le cantó y rezó a la madre de Dios y también madre de todos los hombres.

A las 10:30 horas se empezó la ruta de senderismo desde la entrada del pueblo de Alcaucín, con una pequeña parada en la que nuestro amigo José nos comentó el impresionante espectáculo que teníamos ante nosotros, de izquierda a derecha nos fue indicando que en primer término teníamos el pueblo de Alcaucín, al fondo el pantano de La Viñuela, en el centro el castillo de Zalia y la mesa de Zalia y a la derecha el boquete de Zararraya. A continuación añadió que estábamos en el parque natural de las sierras de Tejeda, Almijara y Alhama que se encuentra entre las provincias de Málaga y Granada y que la sierra de Tejeda, debe su nombre al tejo, árbol que abundada en la sierra en la que nos encontrábamos en otros tiempos. También nos comentó que los cimientos del castillo de Zalia son de la época fenicia y que después fue habitado por los árabes, actualmente está en unas lamentables ruinas y que la mesa de Zalia, es una montaña con la particularidad de que es plana en su parte más alta parecida a una mesa de ahí su nombre, que en ese lugar existió una ciudad y que algunos dicen que es la legendaria Odisea de Ulises.

Después de realizar algunas fotografías del grupo iniciamos el camino por la pista forestal a buen ritmo teniendo en cuenta que empezaba a hacer calor y era conveniente refugiarse del sol tapándose con una gorra y con protector solar. Los senderistas charlaban muy animados intercambiando opiniones sobre el maravilloso paisaje y de vez en cuando se escuchaban los avisos ¡un coche!, ¡otro coche! y así los que andaban en el centro se acercaban al borde del carril para dejar paso a los vehículos. Señalar que algunos participantes de la convivencia y algunos jóvenes caminantes también aprovecharon para realizar la ruta en automóvil.

En el mirador Miguel Álvarez descansamos algunos minutos, preside este mirador una bonita estatua de cabra montes símbolo de estas sierras. Disfrutamos de la vista tan impresionante del barranco realizado por el arroyo y del manto verde formado por las copas de los árboles, la mayoría pinos.

Nuestra amiga Conchi, que nació y vivió en una pedanía cercana, nos comentó que ella recordaba como siendo niña entre las cuatro y las cinco de la madrugada pasaban las cuadrillas de hombres camino de la sierra para reforestar los montes y que tenemos en común que la Virgen del Rosario es la patrona de Alcaucín y de La Cala del Moral.

Continuamos el camino ya con algunos árboles en las laderas del camino y que daban alguna sombra hasta llegar a la zona de acampada denominada “El cortijo del Alcázar”, allí realizamos una pequeña parada para ver, tocar y escuchar el sonido relajante del arroyo.

Decidimos subir un poco más y a las 12:30 horas llegamos a otra zona de acampada y que consideramos adecuada para quedarnos en ella.

A los más jóvenes la caminata les despertó el apetito y el aperitivo se convirtió prácticamente en el almuerzo y después a jugar por aquellos montes y fundamentalmente alrededor de la acequia que llevaba un agua cristalina y bastante fría.

Un grupo de nueve personas nos acercamos a las ruinas del castillo del Alcázar. El camino muy agradable con muy buenas vistas de las montañas y barrancos, el cielo con algunas nubes de color blanco de las que denominan de crecimiento rápido que son de gran tamaño alrededor de las cumbres de las montañas y que no amenazaban lluvias. El espectáculo para la vista impresionante y la charla muy agradable.

A las 14:00 horas regresamos al lugar donde estaba el resto de nuestros compañeros de ruta y se comió los típicos bocadillos, tortilla de patatas, croquetas y ensaladas.

En la sobremesa, a la sombra de los pinos los niños continuaron con sus juegos alrededor del agua de la acequia. Otros jugaron al fútbol, resultado empate a 16 goles. Me agradó ver a un grupo jugando a la comba, juego muy sencillo y divertido que lo único que se necesita es una cuerda gruesa y muchas ganas de saltar. También vimos una ardilla que subió rápidamente a un pino.

Después nos dirigimos a un lugar precioso de espesa vegetación que nos rodeaba y a la sombra de pinos y chopos celebramos la misa y en la que D. Rafael en la homilía nos explicó el misterio de la Santísima Trinidad. Misterio central de la fe y de la vida cristiana y que debemos creer todos los cristianos, la existencia de tres personas distintas Padre, Hijo y Espíritu Santo y un solo Dios.

La vuelta a Alcaucín, donde nos esperaba el autobús, comenzó a las cinco de la tarde y se hizo a buen ritmo. El camino, el mismo de la mañana pero ahora en una suave bajada, sin prácticamente piedras. El cielo con algunas nubes en tonos blancos y rosáceos, sobre fondo azul. La temperatura agradable con una ligera brisa de montaña. Las vistas idílicas de las sierras y barrancos, el campo estaba vestido con todas sus galas. El estado físico del grupo me pareció muy bueno, felicitar a nuestro sacristán Pepe por estar en tan buena forma física.

A las 19:15 horas el autobús nos dejó en La Cala del Moral y se puede resumir, el sábado 29 de mayo, como un gran día de convivencia en el que predominó el buen hacer de todos.

Hasta pronto.

Crónica de Salvador Nieto.