sábado, 1 de abril de 2017

POZA DE LA VIRGEN. TOLOX. O DE COMO PROBAR EL EQUILIBRIO. 26 DE MARZO DE 2017



Parece que la reaparición de los Trepacuestas no está siendo un espejismo, quizás no con la frecuencia deseada, pero alguna ruta que otra cae, y que así sigan, cayendo.
Esta ruta ya fue propuesta por Pablo hace algunas semanas, pero no ha sido posible hasta el domingo 26 de marzo, día del cambio al horario de verano, aún así la puntualidad de los Trepas, (algunos...),se manifestó una vez más.

A las 9 de la mañana, puntuales como siempre y en el lugar de siempre, nos encontramos Natividad, Salvador, Celes, Pablo y este servidor y humilde cronista.
Después de un amago de asistencia de algunos miembros del grupo joven de los Trepas, que quedo en eso, en un amago.

Partimos dirección Tolox, la ruta era visitar la poza de la Virgen remontando el rio de Los Caballos, después de una fugaz y pasajera visita al pueblo de Coin y alguna que otra curva, llegamos al pueblo buscando el balneario de Fuente Amargosa, en la parte alta del pueblo, un lugar  agradable entre pinos y eucaliptos de alturas considerables.
Estas aguas fueron estudiadas por José García Rey, farmacéutico de Tolox, en 1867, tres años después se inauguró el balneario.

Este balneario es uno de los pocos de Europa donde en vez de tomar baños se realiza inhalación de gases, ya sean naturales o balsámicos, y cuyo fin es el servir como terapia para personas con problemas respiratorios, problemas de riñón o problemas en las vías urinarias tales como asma bronquial, bronquitis crónica, rinitis, sinusitis, faringitis, catarros, enfisema, bronquiectasias, toses rebeldes, cistitis o cálculos renales.
Obviamente ninguno de nosotros necesitamos tales propiedades, solo pasamos por allí para buscar  el camino a la poza de la Virgen.

Con unos 8 grados de temperatura, mochilas al lomo y bastones en mano, partimos bajo la atenta mirada de la cabra que se alzaba sobre nosotros en un monolito de piedra.

La primera en la frente, a pocos metros del inicio, el rio  ya nos avisaba de lo que iba a ser gran parte de la ruta, de piedra en piedra saltando como ranas  y probando que tal andábamos de equilibrio, y la verdad que a pesar de peinar canas, (algunos), y de dolores articulares, (algunas), no estamos demasiado mal en ese sentido.

La señalización del camino no es muy buena, si bien en la primera parte se pueden encontrar postes que indican  el sentido de la marcha y en la segunda parte encontramos los típicos montoncitos de piedras que indican que  el camino es acertado. Aún así ,quizás no los interpretamos bien e hicimos buena parte del camino por el lecho del rio, lo que nos obligo a cruzarlo una y otra  y otra, y otra, y otra vez, creo que perdimos la cuenta, pero gracias a eso pudimos ver de primera mano la belleza y espectacularidad del paisaje y probar nuestro equilibrio otra vez, saltos de agua, pozas propias para darse un buen chapuzón en verano, aunque no creo que esa abundancia de agua sea normal en la época estival.

Aunque no es una zona de gran afluencia de personas, con algún que otro grupo de senderistas nos cruzamos, entre ellos dos parejas de....franceses? quise reconocer por el acento , residentes en Istan , y que nos indicaron que ya estábamos muy cerca del destino.

Efectivamente, a pocos metros, a pocos minutos, caía ante nosotros sobre una piscina natural, el agua de la cascada, el enclave es bucólico, al menos en esta época del año recién estrenada la primavera.

Las cámaras de los móviles empezaron a funcionar a ritmo frenético, unas mejores que otras,  pero siempre al máximo rendimiento, había que inmortalizar el momento.


Así entre cámaras, frutos secos, manzanas y tragos de algún licor clandestino, creí oír entre el sonido del agua al caer en la charca, una historia sobre 25 centímetros de miembro viril, seguramente fruto de un mal sueño la noche anterior,  ya que dormí poco y mal con el cambio de hora, porque tal medida no es posible ni asequible.

Tras media hora de sosiego y contemplación,  volvimos a empuñar bastones y mochilas al lomo, y a desandar lo andado.

Una vez más pudimos comprobar que todos, a pesar de ser decrépitos rockeros, tenemos el equilibrio como nuevo, aunque unos más que otras......
A la vuelta cambiamos el recorrido, lo hicimos por la vereda que bordea el rio pero en  su parte alta, así conocimos las dos posibilidades de acceso a la poza, mira que bien.
Así que el regreso fue más ligero y rápido y pronto alcanzamos las edificaciones del balneario, serían sobre las 13,30 más o menos, hora de la gazuza, (entiéndase boquete en el estomago no aliviado con quicos y manzanas).


He querido llamar a esta ruta como la ruta del equilibrio, ya sabe el lector porque, pero bien hubiera podido llamarla ruta de la memoria, ( no histórica espero), o del olvido, o de la "mala pipa", porque olvidar hacer la foto  con la bandera Trepacuestas en la cascada, la insignia del grupo senderista, referente provincial en otros tiempos no muy lejanos, no tiene nombre, o hay que tener mucha " mala pipa" o muchos años, yo no sabría decantarme por una u otra razón, o si el clandestino tuvo algo que ver en ello.

la cuestión es que la foto de grupo con el emblema-bandera, se hizo en la última charca, ya en el destino, en aquella poza donde Nati quiso probar otra vez su equilibrio pero.....Ayyyyyy!!!!! le falló un poquito y puso sus pies en remojo, menos mal que hay previsores  en el grupo que pusieron a su disposición una amplia gama de calcetines secos.
Ya en el coche y recogidos los aperos de senderistas, no podíamos irnos del lugar sin rendir pleitesía a la cabra montesa que nos vio partir horas antes, Salvador, Pablo y un servidor, nos acercamos al monolito elevado donde se alzaba la escultura.

Desde aquella altura vimos como una figura espigada y curvada por los años, vestida de negro y de andares vivarachos, se acercaba a Nati y a Celes y entablaba conversación. En solo unos minutos de charla, Antonio Márquez, malagueño y trinitario aunque afincado en Tolox desde su juventud, dejó claro que las buenas gentes existen. Con amabilidad y cortesía nos indicó donde aliviar la gazuza además de referirnos a  su recién fallecida esposa, echada de menos.


Un saludo, D. Antonio Márquez de Tolox, desde este grupo Trepacuestas en el litoral de Málaga.

En La Alberca, allí nos dijo Antonio, y a La Alberca fuimos. Un sitio con encanto, a mi parecer, poco formal, lejos de restaurantes elegantes  de estirados camareros  que te cepillan del  mantel las migajas de pan y de salones acortinados  con  remates de escayola . Buena comida, buena atención, restaurante, bar, tienda de revistas, administración de loterías y San Roque, patrón de la localidad, presidiendo y bendiciendo aquel salon-terraza.

Charla amena, zumo de cebada gallego, y alguna  interesante conversación sobre la introducción de la sexta cuerda de la vihuela en el siglo XVI en Logroño. Sin duda estos temas son frutos del terreno y de las estrellas gallegas.


Los chupitos de Vodka caramelo que nos sirvió el camarero al abonar la cuenta, eran la señal de que debíamos partir de vuelta a Málaga después de un gran día de senderismo, que aunque no una gran ruta por su distancia, si grande por su belleza y por la compañía del grupo Trepacuestas, aunque como viene siendo habitual se echa de menos, además de a los jóvenes, a algún y alguna Trepa.

Por lo tanto, y una vez probado a fondo nuestro equilibrio, nos dimos por satisfechos al comprobar que estamos equilibrados, a pesar de los años, de las canas, del asma bronquial, bronquitis crónica, rinitis, sinusitis, faringitis, catarros, enfisema, bronquiectasias, toses rebeldes, cistitis , cálculos renales y demás afecciones curables por aquellas aguas milagrosas.

Yo por mi parte,  me niego a tomar e inhalar aquellos baños para viejos, yo volveré, pero a seguir probando mi equilibrio.
He dicho.

Crónica de Jose.