miércoles, 15 de diciembre de 2010

TREPACUESTAS. Fin de temporada. Presentación de nuestra bandera. 12 de Diciembre de 2010.

Cómo todo no es andar por el campo, sino que también el cuerpo necesita de otros placeres, se ha convertido ya en costumbre, sana costumbre diría yo, almorzar por Navidad en Moclinejo, este año, el día 12 de diciembre y como siempre en el Restaurante Reyes, en el centro del pueblo, a mano del ayuntamiento y de la bodega de vino, famosa ya por el vino y por la buena gente que la regenta.


    Un buen día en Moclinejo no es igual sin la visita a la bodega de vino. La cata de vino dulce y de las nuevas variedades es el preludio de la compra tradicional del Zumbral y otras delicatesen vinícolas. Esta vez, además, fue el preludio de la visita guiada a las bodegas. Antonio, nuestro guía y dueño de la bodega, disfrutó explicándonos los avatares para la producción del vino y nosotros gozamos con las tradiciones condensadas del vino en unos pocos metros, porque el lugar rezumaba cariño, amor por el trabajo bien hecho y por la tierra. En el interior, todavía se respira el sabor añejo de lo auténtico, de lo propio, de lo distinto, la esencia de pueblo, que en la costa ya no se destila. Gracias Antonio, por recordarnos quiénes somos y por embriagarnos de saber vinícola, por estar pendientes de nosotros y por preocuparte de qué no nos fuésemos de tu pueblo, sin sentirlo, sin quererlo, y de qué volviésemos, que te aseguro, lo haremos, al menos una vez al año.

   Vino, buena mesa, buenos comensales y al final, también buenos villancicos. Ese es el resumen de la ruta gastronómica, pero tengo que adornarla con el relato de lo ocurrido en una magnífica jornada de domingo.

  El principio, el vino, la bodega, la buena gente y las explicaciones, ya queda relatado, la continuación, llamémosle el intermedio, se desarrolló alrededor de una mesa redonda, que nos llamó la atención, pero que sirvió para que fuera una auténtica reunión de amigos, sin los típicos corillos de la mesas rectangulares o alargadas. La conversación amena y distendida, girando alrededor de los temas que nos unen, sobre nuestras cosas, como diría el castizo. La tertulia sirvió para recordar lo vivido durante el año 2010, para recordar las andanzas con las botas puestas sobre el largo camino recorrido. Para recordar las rutas realizadas en una siempre grata compañía y sobre todo para organizar los nuevos recorridos. El resumen a modo de “Bíblia Trepacuestas” entregado por Pablo fue el momento emotivo, acompañado de los sentimientos en las firmas recogidas para plasmar y recordar el momento. 
Para regalar a nuestros amigos el largo camino andando y conociendo las montañas de nuestra Málaga. Ese es el espíritu trepacuestas, el amor a la naturaleza, la amistad, la familia y también el empaquetado especial para regalo, que es el anuario del año. 
Todo eso se reflejó el 12 de diciembre de 2010 en Moclinejo alrededor de unas exquisitas viandas, regadas con vino del lugar y acompañados de nuestros amigos en una mesa redonda, donde también tuvo lugar otro acontecimiento importante para el grupo.

Tras más de 2 años de salidas por las sierras de Málaga desde hacía meses se advertía la necesidad de agruparnos bajo una bandera que desde ahora en adelante nos acompañará a todas las marchas de este grupo de caleños.
Con un formato de unos 50 x 30 cm. aproximadamente y en dos colores separados en triángulo celeste y verde, las expertas manos de Celes han conseguido representar a la perfección el verdadero sentir Trepacuestas con ese larguirucho y estilizado logo que desde ahora en adelante imprimirá carácter al grupo y que en prolongada ascensión alcanzará las más altas cimas de la provincia.
El acto fue embellecido por Celes cuando nos regaló a los asistentes unas breves pero emotivas palabras que a modo de bendición consiguió arrancar los aplausos de los presentes, sirviendo el momento para que la chiquillería se fotografiase junto a la autora material de tan hermoso banderín.
Ni que decir tiene que en el ánimo de todos los concurrentes está el poder bautizar la nueva bandera en la primera ocasión que se presente y poder ser agitada al aire de nuestros queridos montes de la provincia.

    El final de la crónica pensaba terminarla en Moclinejo, con los villancicos y los pastorales, que nos despidieron con la típica música navideña, pero no puedo olvidarme de la merienda en casa de los Portillos, del video resumen de la temporada, anuario y video todo un lujo para el grupo, y de la tenue luz que reflejaba la felicidad y las ganas de continuar recorriendo montes y propagando el espíritu de la navidad, el espíritu trepacuestas, allende los mares y los montes.

    Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo, Trepacuestas.

    Crónica de Antonio Sánchez