En pleno pulmón de la Sierra de las
Nieves, donde personajes como PasosLargos o el mismísimo Comandante Benitezdieron fama e historia a la localidad de El Burgo, un grupo de Trepacuestas y al socaire de la Parroquia de Ntra. Sra. del Rosario pasaron unos días
en pleno Parque Natural.
Aunque con algo de calor por lo
veraniego del mes, junto a la pertinaz sequía que se vive en la zona, un
reducido pero selecto grupo compuesto por Paqui,
Pablo, Noelia, Ángel, Ana P. y Mari Carmen y con el banderín por delante, dejaron sus cosas por
unos días para disfrutar en La Rejertilla[1]
de un ambiente juvenil y deportivo.
Con llegada a la finca cercano al
anochecer y con la recepción correspondiente mediante un “bailecito de bienvenida” a cargo de Jorge Pérez (gerente
de las instalaciones)
los Trepacuestas contactaron con sus
compañero/as de Campamento.
La idea de dormir en saco en tienda
de campaña, a semejanza del anterior Campamento del Robledal, hizo temblar a
más de uno, pero La Rejertilla[2]
fue confortable hasta en literas, duchas y cuartos de baño, cosa que es de
agradecer sobre todo en quien ya peina algunas canas. Ni que decir que la
intendencia corrió a cargo de la propia dirección del centro y en concreto en las
buenas manos de Avelina, que con mimo
nos puso en forma durante nuestra estancia.
Las actividades durante el
Campamento fueron diversas y variadas, ya que ciertamente era difícil
aburrirse. Pues a la falta de cobertura, lo que nos hizo ser menos esclavo de
la tecnología y unido a los juegos y caminatas nocturnas del primer y tercer
día, los talleres de canciones, aerobic, deportes varios, juegos diversos, catequesis,
teatrillos nocturnos, “english table”
en horario de almuerzo, de esta forma se consiguió cumplir con creces los
objetivos del Campamento.
Así que, contentos por no tener que sudar por la caminata pronto pudimos comprobar que las agujetas aparecían en nuestras piernas, pues mantener la verticalidad en una silla y emplear los muslos sobre el animal, era cosa a la que no estábamos acostumbrados. En nuestras mentes queda el recuerdo de aquellos equinos con
[1]
Dejando la A-366,
en paralelo al río Turón (Reserva de pesca) y tras pasar en primer
lugar a la izquierda el área recreativa La Fuensanta
-2,8 km- llegamos al complejo rural La Rejertilla
-a 4,0 km.
de la A-366-,
en el mismo cauce del río.
nombres como Jerezana, Pampero, Atenea, Minerva, Guaraní, Mermelada, Portuguesa, Cordobesa
y Pegaso y que con paciencia nos
soportaron.
Por otro lado la escalada puso a
punto el grado de vértigo de todos, pues contemplar como se empleaban a fondo
los más jóvenes en aquella pared rocosa, era cosa que hizo tambalearse de
impresión a quien ahora relata lo ocurrido.
Y es que no hay nada mejor que contar 14 años y todo el mundo por
delante. Con decisión los nuestros abordaron la vía abierta en roca y
desplegaron con sapiencia sus habilidades debidamente asegurados
con arneses, cuerdas, cinturones y casco.
Con noches fresquitas y mañanas
soleadas a 650 metros
sobre el nivel del mar, pasamos los días y las noches.
Los calores del medio día se
solucionaron de la forma más rural posible. Una gran alberca nutrida con agua
fresca de un afluente del río Turón resultó
la solución ideal para descansar y olvidarnos del mes de agosto.
Cierto y verdad es que aquel lugar
tuvo la gran virtud de hacernos dejar de lado por unos días de nuestras
obligaciones cotidianas y centrarnos en aspectos que hemos olvidado. El cambio
del mundo urbano al mundo rural se hacía necesario. Y es que no dejamos de ser
unos verdaderos “urbanitas” que de
vez en cuando añoran el campo.
Con humor y ganas de
pasarlo bien pasaron los días sin más sobresaltos, hasta que en la última noche
se organizó para regocijo de todos un teatrillo que fue muy aplaudido por los
asistentes.
La mañana del viernes
sirvió para que tras el olímpico desayuno y recogida de enseres y bultos,
cabalgar esta vez a lomos de autocares Paco
Núñez llegando a destino en La Cala del Moral sobre las 13,30 horas.
Ahora algunos sueñan con
su próximo Campamento.
Crónica de Pablo Portillo.