domingo, 17 de julio de 2011

RUTA NOCTURNA A SAN ANTON. JULIO 2011

Quizá no es la mejor crónica. Recibo este encargo por sorpresa, pero lo acepto con gusto: hacer una crónica de la subida al monte de San Antón, llevada a cabo este jueves 14 de julio por un grupo de familias de la parroquia de la Cala del Moral, o mejor dicho, los TREPACUESTAS, junto a su párroco.


Pues bien, a eso de las 21:50, y luego de la foto oficial, nos encaminamos hacia la cima del monte. Los pequeños tomaron la delantera mientras algunos de los más grandes iban quedándose atrás, esto debido a que en realidad empezamos a subir con un ritmo rápido. José y Pablo  iban haciendo uso de sus dotes fotográficos. Como siempre sucede, son los que menos aparecen en las fotografías; pero, gracias a ellos, podemos conservar esos momentos en calidad fotográfica que nada tienen que envidiar a las fotografías de Sebastião Salgado.

Mientras ellos tomaban las fotografías, al final del grupo se alcanzaba a vislumbrar  a Rosa, Salvador, Antonio y Natividad. Durante la subida ocurrió un milagro, upsssss… ocurrió algo curioso: ¡¡¡ ¿Rosa no hablaba?!!! ¿Por qué? Por una apuesta hecha antes de empezar a subir. Definitivamente fue una gran penitencia para Rosa.
A las 22:10 nos detuvimos a la par de una cueva para hacer el reagrupamiento, minutos valiosos para tomar algunas fotografías a la luna que sólo le faltaba un día para estar llena; de igual manera dio tiempo para poder localizar las ferias del Rincón de la Victoria y la feria del Palo. 
A eso de la 22:30, al ritmo de “guantanamera”, que sonaba en la feria del Palo, llegamos a la cima. ¡Qué vista de Málaga! Al instante llegaba Rosa hablando, cumplió su apuesta: subió San Antón sin decir ni una palabra; los niños le ovacionaron: “Esa Rosa como mola se merece una ola…uhhhhh….uhhhhhh…, se merece otra ola…uhhhhhh…..uhhhhhhh…..,un tsunami….ehhhh…ehhhh….ehhhh” 

Fue una noche estupenda: un clima fresco que hizo a algunos sacar su abrigo, a otros les invitaba a  dormir como lo hizo “Zacarías”, perdón, Neftalí, en una roca, para él cómoda. Tras ubicarnos y contemplar la belleza de la naturaleza, nos dispusimos a comer nuestro bocadillo. Fue una noche amena con chistes, risas y canciones. Mientras los pequeños entonaban: “Unch tolón tolón”, “soy una taza” y “que le estará pasando al pobre de Fidel”; los grandes comentaban, entre otros temas, la próxima acampada con los niños de perseverancia en el Robledal.
A eso de las 23:45 hicimos la lectura del texto “los dos remos”, poco lo comentamos pero estoy seguro que a cada uno nos dijo algo. Descubrimos la importancia de contar con los demás y con Dios. Como diría Madre Teresa de Calcuta: “lo que yo hago vosotros no lo podéis hacer; lo que tú haces nosotros no lo podemos hacer; pero juntos podemos hacer algo bonito para Dios”.

Luego de esto, la fotografía junto a la cruz que preside aquel monte, y en dicha cruz la bandera de los TREPACUESTAS. A eso de las 00:15 empezamos a bajar, muchos resbalones pero ninguna caída que lamentar. Tanto a la subida como al bajar, la luna, espectacular en esta noche, nos alumbraba el camino y casi no hacía falta de linternas. La bajada estuvo llena de anécdotas: el nuevo camino para bajar inventado por los niños y José; y la subidita de kilos de José, cierto o no, fue tema de la bajada. Y al llegar abajo, la felicitación a Antonio por su cumpleaños: ¡¡¡felicidades!!!
Y como lo que empieza tiene que terminar, cada uno volvió a su hogar contento de haber compartido un momento agradable junto a los amigos; yo, ténganlo por seguro, más que ustedes.
Un agradecimiento a los TREPACUESTAS por la oportunidad. Gracias familia.

ULISES MENDOZA