Instalados en las nuevas tecnologías el sábado noche Pasos Largos me
enviaba un whatsapp avisándome de la próxima salida. El formato elegido de la
convocatoria junto a la sorprendente falta de anuncio de café con churros, por
unos instantes me hizo dudar de la veracidad del aviso.
A las 9,00 h dio comienzo la caminata desde el Faro de Torre del Mar
que como mudo invitado nos dio la salida. La linterna torreña fue testigo cómo de
pronto las féminas Nati y Celes como si de una desbandá se tratara, empezaron a
andar hacia levante con dirección al siguiente Faro. Un fresquito saludable nos
recibió con muy poco público por el paseo marítimo. La Maroma al norte sin
nieve y el mar de Alborán al sur sin borreguitos actuaron como telón de fondo para
acompañarnos durante todo el domingo.
Pero que cierto y verdad es que todo hay que decirlo y todo hay que
contarlo y ello para que la memoria histórica de los Trepacuestas no sea objeto
de desmemoriados y para que finalmente, dentro de unos años, no se llegue a
contar de forma tergiversada la verdadera historia de lo que fue esta jornada
por la gran senda del litoral de la Axarquía. Y es que nadie del grupo se animó
a escribir y dejar constancia de nuestro andar. Un servidor, al que le pudo más
la agradecida carcajada de Celes que otra cosa, puso empeño en querer engordar
el blog y hacer cumplir los buenos propósitos efectuados a primero de años a la
hora de rebajar el sobrepeso navideño.
Como así me lo pidió Celes (poner historia a la ruta) así lo cuento. Y
es que aunque el primer Faro de Torre del Mar se inauguró en 1867, lo cierto es
que el actual, el que hoy conocemos comienza sus obras en 1974 y de 26 metros
de altura se inaugura dos años más tarde.
Avanzando a buen paso pronto sobrepasamos el club náutico de Torre del
Mar, bar eclipse (de gran recuerdo) y atravesamos el puerto de Caleta en un
santiamén para hacer el primer alto y poder romper el ayuno en la Taberna sita
junto a la Cofradía de Pescadores. Nutridos de triglicéridos suficientes para el
camino (básicamente pan con zurrapa o jamón y café) y pensando en saborear otro
día la especialidad de la casa (pollo a la rana), pronto nos adentramos en una
de las rutas más curiosas a la par que sorprendente. Durante cientos de veces
hemos efectuado el citado trayecto bien en bicicleta en el caso de José Manuel,
bien por carretera, pero desconocíamos que se escondía tras el muro de hormigón
que hay junto a la carretera de Almería. Edificios de todo tipo, casas, bares, restaurantes,
campo de fútbol, iglesias, hogares de jubilados, comercios, piscinas, aparcamientos,
hoteles, dunas,
monumentos, ramblas, puentes peatonales, embarcaderos y playas
quedan ocultos desde la nacional 340. Caleta, cruce de Algarrobo, Mezquitilla,
Lagos y El Morche son los principales núcleos urbanos que franqueamos en una
espléndida jornada de luz y temperatura que pateamos sin problemas.
Aunque estábamos en plena cuesta de enero la ruta está expresamente
recomendada para todo amigo de lo llano. De unos 14,5 km de recorrido pisamos
sobre losetas del paseo marítimo, sendero de tierra y en muy menor medida
asfalto. La ruta trascurrió sin más novedad que poder observar a numerosos aficionados
de las dos ruedas ejercitándose en fin de semana, entre ellos el ahora
transfuga Antonio Rosales, que por un día lució maillot ciclista en lugar del
rojo Trepacuestas. También nos encontrarnos
con nuestro antiguo y buen amigo senderista José Luis Claros que junto a su
esposa y de vuelta encontrada cumplían el rito ancestral programado de andar
todos los domingos de guardar. Igualmente comprobamos como los de la CREMA (Centro
de Recuperación de Especies Marítimas Amenazadas) en una de las playas del
recorrido estaban ojo avizor respecto de un delfín/cetáceo que al parecer con
dificultades se encontraba muy cerca del rebalaje.
Que la travesía no tiene dificultad alguna se puede comprobar preguntando
a las féminas. Ambas han aceptado sin rechistar apuntarse a la siguiente etapa
de la gran senda litoral Torrox - Nerja.
Tras observar a números turistas jubilados, especialmente alemanes,
desayunar, comer y beber en terrazas en los números locales al efecto y eso que
estábamos en pleno invierno, sobre las 12,00 h los cinco caleños aparecimos por
playa Ferrara y asomándonos al mirador del Faro de Torrox (el mejor clima de
Europa) y con el Lucero a nuestras espaldas contemplamos el yacimiento romano allí
existente para dar las últimas zancadas del día.
Para poner un poco de historia a la ruta y no contradecir a Celes o
mejor dicho a su bisabuelo cubano, no olvido decir que el primitivo Faro de
Torrox aunque fue inaugurado en 1864, es en el año 1983 cuando se instala la
actual linterna de 20 millas de alcance a una altura de 20 metros.
Con suerte tomamos el ALSA a las 12,20 h que nos devolvió a Torre del
Mar en un santiamén y que a algunos del grupo le hizo pensar si el precio de
1,17 euros del billete merecía la pena semejante caminata de cerca de 3 horas
de duración.
Contentos con el domingo senderista y a propuesta de José Manuel y
Salvador para liquidar del tirón las supuestas 890 calorías quemadas según la
aplicación bajada por Pasos Largos, traspusimos al bar el Hostal de Benajarafe
donde unas cervezas algo de ensaladilla rusa y una excelente fideuá con alioli de
la que no dejamos nada y a la que en el último momento se unieron Pepe Pascual
y Violeta, dimos por concluida la jornada pensando que lo mejor para no aburrirse
en casa durante el resto del domingo tarde, era comprar dulces y pasteles en la
recomendable confitería Salvador de la zona.
Crónica de Pablo Portillo.