Parece que
la reaparición de los Trepacuestas no está siendo un espejismo, quizás no con
la frecuencia deseada, pero alguna ruta que otra cae, y que así sigan, cayendo.
Esta ruta ya
fue propuesta por Pablo hace algunas semanas, pero no ha sido posible hasta el
domingo 26 de marzo, día del cambio al horario de verano, aún así la
puntualidad de los Trepas, (algunos...),se manifestó una vez más.
A las 9 de
la mañana, puntuales como siempre y en el lugar de siempre, nos encontramos
Natividad, Salvador, Celes, Pablo y este servidor y humilde cronista.
Después de
un amago de asistencia de algunos miembros del grupo joven de los Trepas, que
quedo en eso, en un amago.
Partimos
dirección Tolox, la ruta era visitar la poza de la Virgen remontando el rio de
Los Caballos, después de una fugaz y pasajera visita al pueblo de Coin y alguna
que otra curva, llegamos al pueblo buscando el balneario de Fuente Amargosa, en
la parte alta del pueblo, un lugar
agradable entre pinos y eucaliptos de alturas considerables.
Estas aguas
fueron estudiadas por José García Rey, farmacéutico de Tolox, en 1867, tres
años después se inauguró el balneario.
Este
balneario es uno de los pocos de Europa donde en vez de tomar baños se realiza inhalación de gases, ya sean
naturales o balsámicos, y cuyo fin es el servir como terapia para personas con
problemas respiratorios, problemas de riñón o problemas en las vías urinarias tales como asma
bronquial, bronquitis crónica, rinitis, sinusitis, faringitis, catarros, enfisema, bronquiectasias, toses rebeldes, cistitis o cálculos renales.
Obviamente
ninguno de nosotros necesitamos tales propiedades, solo pasamos por allí para
buscar el camino a la poza de la Virgen.
Con unos 8
grados de temperatura, mochilas al lomo y bastones en mano, partimos bajo la
atenta mirada de la cabra que se alzaba sobre nosotros en un monolito de
piedra.
La primera
en la frente, a pocos metros del inicio, el rio
ya nos avisaba de lo que iba a ser gran parte de la ruta, de piedra en
piedra saltando como ranas y probando
que tal andábamos de equilibrio, y la verdad que a pesar de peinar canas,
(algunos), y de dolores articulares, (algunas), no estamos demasiado mal en ese
sentido.
La señalización
del camino no es muy buena, si bien en la primera parte se pueden encontrar
postes que indican el sentido de la
marcha y en la segunda parte encontramos los típicos montoncitos de piedras que
indican que el camino es acertado. Aún
así ,quizás no los interpretamos bien e hicimos buena parte del camino por el
lecho del rio, lo que nos obligo a cruzarlo una y otra y otra, y otra, y otra vez, creo que perdimos
la cuenta, pero gracias a eso pudimos ver de primera mano la belleza y
espectacularidad del paisaje y probar nuestro equilibrio otra vez, saltos de
agua, pozas propias para darse un buen chapuzón en verano, aunque no creo que
esa abundancia de agua sea normal en la época estival.
Aunque no es
una zona de gran afluencia de personas, con algún que otro grupo de senderistas
nos cruzamos, entre ellos dos parejas de....franceses? quise reconocer por el
acento , residentes en Istan , y que nos indicaron que ya estábamos muy cerca
del destino.
Efectivamente,
a pocos metros, a pocos minutos, caía ante nosotros sobre una piscina natural, el
agua de la cascada, el enclave es bucólico, al menos en esta época del año recién
estrenada la primavera.
Las cámaras
de los móviles empezaron a funcionar a ritmo frenético, unas mejores que
otras, pero siempre al máximo
rendimiento, había que inmortalizar el momento.
Así entre cámaras,
frutos secos, manzanas y tragos de algún licor clandestino, creí oír entre el
sonido del agua al caer en la charca, una historia sobre 25 centímetros de
miembro viril, seguramente fruto de un mal sueño la noche anterior, ya que dormí poco y mal con el cambio de hora,
porque tal medida no es posible ni asequible.
Tras media
hora de sosiego y contemplación,
volvimos a empuñar bastones y mochilas al lomo, y a desandar lo andado.
Una vez más
pudimos comprobar que todos, a pesar de ser decrépitos rockeros, tenemos el
equilibrio como nuevo, aunque unos más que otras......
A la vuelta
cambiamos el recorrido, lo hicimos por la vereda que bordea el rio pero en su parte alta, así conocimos las dos
posibilidades de acceso a la poza, mira que bien.
Así que el
regreso fue más ligero y rápido y pronto alcanzamos las edificaciones del
balneario, serían sobre las 13,30 más o menos, hora de la gazuza, (entiéndase
boquete en el estomago no aliviado con quicos y manzanas).
He querido
llamar a esta ruta como la ruta del equilibrio, ya sabe el lector porque, pero
bien hubiera podido llamarla ruta de la memoria, ( no histórica espero), o del
olvido, o de la "mala pipa", porque olvidar hacer la foto con la bandera Trepacuestas en la cascada, la
insignia del grupo senderista, referente provincial en otros tiempos no muy
lejanos, no tiene nombre, o hay que tener mucha " mala pipa" o muchos
años, yo no sabría decantarme por una u otra razón, o si el clandestino tuvo
algo que ver en ello.
la cuestión
es que la foto de grupo con el emblema-bandera, se hizo en la última charca, ya
en el destino, en aquella poza donde Nati quiso probar otra vez su equilibrio
pero.....Ayyyyyy!!!!! le falló un poquito y puso sus pies en remojo, menos mal
que hay previsores en el grupo que
pusieron a su disposición una amplia gama de calcetines secos.
Desde
aquella altura vimos como una figura espigada y curvada por los años, vestida
de negro y de andares vivarachos, se acercaba a Nati y a Celes y entablaba
conversación. En solo unos minutos de charla, Antonio Márquez, malagueño y
trinitario aunque afincado en Tolox desde su juventud, dejó claro que las
buenas gentes existen. Con amabilidad y cortesía nos indicó donde aliviar la
gazuza además de referirnos a su recién
fallecida esposa, echada de menos.
Un saludo,
D. Antonio Márquez de Tolox, desde este grupo Trepacuestas en el litoral de
Málaga.
En La Alberca,
allí nos dijo Antonio, y a La Alberca fuimos. Un sitio con encanto, a mi
parecer, poco formal, lejos de restaurantes elegantes de estirados camareros que te cepillan del mantel las migajas de pan y de salones
acortinados con remates de escayola .
Buena comida, buena atención, restaurante, bar, tienda de revistas,
administración de loterías y San Roque, patrón de la localidad, presidiendo y
bendiciendo aquel salon-terraza.
Charla
amena, zumo de cebada gallego, y alguna interesante conversación sobre la
introducción de la sexta cuerda de la vihuela en el siglo XVI en Logroño. Sin
duda estos temas son frutos del terreno y de las estrellas gallegas.
Los chupitos
de Vodka caramelo que nos sirvió el camarero al abonar la cuenta, eran la señal
de que debíamos partir de vuelta a Málaga después de un gran día de senderismo,
que aunque no una gran ruta por su distancia, si grande por su belleza y por la
compañía del grupo Trepacuestas, aunque como viene siendo habitual se echa de
menos, además de a los jóvenes, a algún y alguna Trepa.
Por lo
tanto, y una vez probado a fondo nuestro equilibrio, nos dimos por satisfechos
al comprobar que estamos equilibrados, a pesar de los años, de las canas, del asma
bronquial, bronquitis crónica, rinitis, sinusitis, faringitis, catarros, enfisema, bronquiectasias, toses rebeldes, cistitis , cálculos renales y demás afecciones curables por aquellas aguas milagrosas.
Yo por mi parte, me niego
a tomar e inhalar aquellos baños para viejos, yo volveré, pero a seguir probando
mi equilibrio.
He dicho.
Crónica de
Jose.
2 comentarios:
Como una pequeña procesión, en una jornada marcada por el cambio de hora, nos acercamos a la Poza de la Virgen. Nuestro querido cofrade José como buen capataz de trono, a los sones de cornetas y tambores ha dejado olor a incienso y azahar en su detallada crónica sobre ese paraje de una belleza singular.
Tras ingerir ese excelente licor Clandestino junto al río de los Caballos, para los Trepacuestas éste afluente del río Grande hizo las veces del Zambeze y es que la poza de la Virgen en Tolox nos llegó a parecer y por lo insólito del lugar el mismo lago Tanganika.
Nuestro Pasoslargos, convertido en Stantley, acaso en el Livingston de la Axarquía, por su altura fue el primero de la expedición en visualizar el salto y como si de las cataratas Victoria se tratara creímos estar en las mismas Fuentes del Nilo junto a las estribaciones de la sierra de las Nieves.
Pero que cierto que cuando el río suena, agua lleva (más claro, agua) ya que cierto y verdad es que el ruido de la caída en la poza provocó un mayor desequilibrio en el grupo que hizo bueno el refranero patrio: de perdidos al río, ya que más de uno en el arroyuelo la pata metió.
Así las cosas la mezcla de sensaciones llegó al extremo de debutar en la Alberca donde la boca se nos hizo agua, pues con una entradilla de caracoles y concluir con algo vodka (algo realmente inusual y que conviene reflexionar seriamente sobre este explosivo cóctel).
Ni que decir tiene que la crónica se ajusta realmente a lo acontecido en aquella espléndida mañana de primavera y de la que José Manuel ha dejado verdadera constancia de lo vivido.
Pablo Portillo
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