Anunció Bécquer, Gustavo Adolfo, que volverían las oscuras golondrinas de los balcones sus nidos a colgar con la primavera, pero le faltó decir que con el otoño volverían los Trepacuestas los montes a trepar, y es que la penultima estación del año, despierta en este humilde pero voluntarioso grupo inquietudes que el verano apaga y adormece. Por lo tanto pasado el sudoroso verano e inmersos en una etapa teoricamente más fresca, el pasado domingo retomamos la buena y sana costumbre de hacer una nueva ruta.
A las 10 de la mañana, perfectamente uniformados nos encontramos donde ya viene siendo habitual, frente al mesón de María y junto a la parada de taxis de La Cala del Moral, Angel, Paqui, Nati, Celes, Salvador, Pablo y un servidor, y como la puntualidad es nuestro fuerte unos minutos después estabamos bajando la vertiginosa cuesta que nos deja en Almachar. Las indicaciones de la ruta habían salido de esa gran ventana al mundo , según dicen, que es internet, pero no estaban del todo claras por lo que en el aparcamiento de entrada al pueblo y orientados por unos ciclistas ,que fueron compañeros de correrías en otros tiempos, comenzamos la caminata desde la plaza de la iglesia al mismo tiempo que las 11 campanadas llamaban a oir misa dominical a los feligreses almachareños.
Descendiendo por las angostas calles del pueblo llegamos hasta el inicio de la ruta, donde un panel informativo indicaba que no estabamos equivocados, todavia no, y que cruzando el puente nuevo encontraríamos el camino. Quizas la providencia, casualidad o nuestro angel de la guarda quiso que un lugareño acompañado de unos niños y algún galgo se cruzara en nuestro camino y nos aconsejó el camino a seguir, bendito encuentro y ya contaré porque.
carril cementado y flanqueados por viñas , más viñas, almendros y algún olivo, y como no salpicando el recorrido los paseros tan caracteristicos de la axarquia.
De las uvas en el camino, de los "rebuscos" de las viñas poco voy a contar, solo que nos endulzó parte de la ruta y ayudaron a socorrer las reservas de glucosa a más de un@ junto con alguna almendra, sin duda la ruta hubiera podido llamarse senderista gastronomica ya que a nuestro paso encontrabamos lo más caracteristico de la zona axarquica, nos faltaron los chumbos y por poco no cayeron, a ver en la próxima.
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Disfrutones y despacio fuimos parando y recreándonos en todo, incluso una familia trabajando nos llamo la atención, atareados, preparando las pasas en sus cajas para su comercialización, gentes amables y sencillas a las que deseamos un buen día y la levedad en el trabajo y continuamos nuestros pasos siempre en ascenso.

atractivo.

Desde allí hasta el pueblo poco más de un kilómetro hasta el puente nuevo sobre el arroyo donde iniciamos la ruta unas horas antes y otra vez a subir en busca de los coches, y es que como dice alguna Trepacuestas:
¿" Es que no hay rutas llanas en Málaga"?
El café, tan necesario como deseado después de una actividad pedestre, es decir , ruta o caminata, fue en el pueblo, en la plaza de entrada a Almachar, a la izquierda esta el bar Miguel y allí hicimos tertulia y allí acabó la ruta, bonita, corta pero intensa, muy agradable y recomendable.
Como siempre, lo mejor del día la compañía aunque se echaran de menos a las "Anas" y demás miembros del grupo.
Hasta la próxima que será muy pronto.
Crónica de Jose.