El sábado anterior y tras el concierto de presentación de la banda de
la cofradía de la Virgen del Rosario de La Cala, en el antiguo bar La Recacha y
al olor de un completo campero de atún y cerveza se decidió todo lo relacionado
con la salida del día después.
El grupo comenzó la mañana metiéndose entre pecho y espalda un par de
raciones de espléndidos tejeringos en el bar Fernando de Torrox Costa junto con
el correspondiente café con leche que no fue del agrado de doña Natividad,
porque todo hay que contarlo. Cierto que algunos paladares para la ocasión
pidieron el oportuno pitufo matutino que con presteza fue servido en mesa con mantel
de papel. El inicio prometía y es que el equipo hay que tenerlo preparado y ni
que decir tiene que el estómago del senderista forma parte del material que hay que cuidar.
Como niños pequeñitos nos comportamos pues entre apéndice de masa
frita, bocado va y bocado viene, todos leímos en voz alta las citas históricas de
personajes ilustres que se pueden ver en los reversos de los sobrecillos de
azúcar, sugar, sucre o açúcar o como quiera decirse y que se sirven con el desayuno.
La
razón se compone de verdades que hay que decir y verdades que hay que callar.
Conde de Rivarol (1753 - 1801).
Si
los hombres han nacido con dos ojos, dos orejas, y una sola lengua es porque se
debe escuchar y mirar dos veces antes de hablar. Madame de Sevigné.
Centrándonos en lo que al senderismo se refiere, el día, la ruta fue
un calco de la semana anterior pero con más calor si cabe, aunque la única
novedad es que además de tener un trayecto más corto al grupo se unió Paqui,
circunstancia que a todos nos pareció pero que muy bien.
A las 9,30 h con foto incluida sobre el yacimiento arqueológico de la playa
de Torrox pusimos la vista en la zona más oriental de la franja costera
malagueña. El camino fácil y accesible transcurre
básicamente junto a la cuneta de la 340. La senda litoral desaparece en este trayecto por falta de espacio físico y consideramos difícil meter una vereda junto a la nacional, so pena de que el caminante pueda despeñarse acantilado abajo.
básicamente junto a la cuneta de la 340. La senda litoral desaparece en este trayecto por falta de espacio físico y consideramos difícil meter una vereda junto a la nacional, so pena de que el caminante pueda despeñarse acantilado abajo.
Cruzamos el río Torrox en su desembocadura por una zona de interés
ecológico y gran aparcamiento con caravanas y numerosos extranjeros invernando.
Atravesamos la playa del Sillón, pasamos de largo restaurantes con curiosos y chocantes
nombres cómo Pepe Oro, Porto Banús, el Ancla de Cirilo, Almanzor y Choto Playa,
para unos pasos más adelante constatar aun el regusto en garganta que el aceite
de oliva nos había dejado tras la ingesta de los tejeringos, lo que nos sirvió
para recordarnos que nos encontrábamos precisamente en la playa de Calaeite y
de paso dar lugar a una de las distintas paradas de la jornada, esta vez ante un
curioso retablo natural al aire libre con advocación a la Virgen del Carmen y al
Cristo del Mar.
Puestos de nuevo en ruta, con rapidez sobrepasamos playa Vilchez pero
en punta Lara hicimos un brindis con agua y de esta manera inmortalizarnos con fotografía
incluida. En ese momento y entre las numerosas conversaciones que surgen en el
camino abordamos lo perteneciente y relacionado con la segunda edad, límites y
consecuencias de dicho segmento temporal. Tan delicado asunto de conversación se
esfumó de nuestras mentes cuando nos dedicamos a abordar el último tramo llano
y recto que precede la entrada a la villa de Nerja cuando absortos en el andar dejamos
el Playazo a la derecha, cruzamos río Seco II y entre una arboleda de cultivos
tropicales llegamos a las puertas de Narixa para atravesar el río Chillar y finalmente
entrar en el casco urbano.
Callejeando por la localidad bajo jolgorio y risotadas nos topamos con
James el escocés, vecino de la localidad y al que bien conocimos en el pasado
Camino de Santiago en agosto de 2014. Sin duda todo un personaje.
Con la sorpresa por el encontronazo y al doblar la esquina de la
parroquia del Salvador comprobamos cómo un coche de muertos de la funeraria La
Esperanza y en servicio permanecía estacionado frente a numerosos establecimientos
de guiris que a esa hora de la mañana desayunaban al solecito formando una
escena que bien pudiera haberse extraído de una película de Berlanga. Ni que
decir tiene que el ambiente desenfado y festivo que llevábamos encima quedó interrumpido.
Momentos después el féretro entraba en el templo para dar inicio al sepelio de
quien aquella mañanita de domingo de enero nos condujo a la verdadera realidad
de la vida en aquella nuestra jornada de ocio y descanso.
Con el impacto del momento, a las 11,45 h, con mar en calma y ausencia
de viento y para completar la escena algo de música de arpa, el sexteto caleño se
asomó a lo que sin duda fue el motivo último de la salida dominical -el Balcón
de Europa- y retratarnos ante una atenta fotógrafa barcelonesa pero muy
española por cierto, que quiso colaborar con la causa y a la que los
Trepacuestas no supimos despedirnos como hubiera sido necesario ya que al
turista siempre una sonrisa y un cortes gràcies
i adéu era lo que hubiera correspondido en ese preciso momento.
Aunque en el guión estaba visitar en esa agradable mañana de invierno
azul el barco de Chanquete, famosa serie televisiva verano azul, lo cierto que
el cuerpo nos pedía regresar y buscar el ALSA de las 12,55 h que nos condujera
a nuestro punto de partida, no sin antes comprobar cómo nuestra
desconocida e improvista protagonista, G.R.P. y que a sus 79 años la que habíamos dejado minutos antes en la parroquia del Salvador, hacía ahora su entraba en el cementerio de San Miguel de la localidad, necrópolis donde yace desde 1995 Francisco Giner de los Ríos junto a su esposa, poeta que vivió en el exilio.
desconocida e improvista protagonista, G.R.P. y que a sus 79 años la que habíamos dejado minutos antes en la parroquia del Salvador, hacía ahora su entraba en el cementerio de San Miguel de la localidad, necrópolis donde yace desde 1995 Francisco Giner de los Ríos junto a su esposa, poeta que vivió en el exilio.
No miento si digo que la ruta concluyó al modo habitual, muy a la
española dirían otros, cuando de cabeza y sin preguntarnos una vez más fuimos
en busca o mejor dicho a rendir honores a la fideuá que con cerveza se sirve en
el bar Hostal La Estación de Benajarafe todos los domingos de calendario sobre
las 14,30 h.
Como igualmente los Trepacuestas somos tradicionalistas, conservadores
y en modo alguno independentistas, entiéndase en el amplio sentido de la
palabra, no nos fue difícil desplazarnos
unos escasos metros y convertirnos por unos instantes en una especie de modernos
peregrinos y en definitiva poder cumplimentar, no sin excesivas dificultades en
el día de la patrona de Ronda, a nuestro hoy proclamado patrono Salvador pastelero y a la que todos le
pedimos por vía de Ntra. Sra. de la Paz que dios lo guarde muchos domingos de ruta
y de esta forma cuide, mime y endulce estómagos y floras intestinales de
próximas rutas.